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AUSTRALIA ..... CAIRNS, PORT DOUGLAS, THURSDAY ISLAND


El martes 30 de julio fondeamos frente a la ciudad de Cairns.

A la mañana siguiente entramos a puerto donde se desplazan hasta el barco las autoridades para hacer las customs.

Hasta el barco se acercan inicialmente tres agentes para realizar los trámites y nos informan que terminado el papeleo vendrá una agente con perros para proceder al registro del barco.

Primero la agente llega con un perro labrador precioso que busca dinero.

Posteriormente con otro labrador también muy bonito que busca drogas y tabaco.

El último en pasar el agente de bioseguridad. Nosotros antes de entrar en Australia ya habíamos tirado toda la comida que no está permitida entrar al país.

Tras varias horas de interrogatorio y encontrar más tabaco del permitido que se puede ingresar aquí, conseguimos pisar tierra. En Australia solo se puede entrar con poco más de dos paquetes por persona.

Sin duda alguna Australia es el país con más seguridad y más estricto por el que hemos pasado.

A bastantes millas de la costa ya pasan aviones controlándote y llamando por radio para indicarte el procedimiento y que sepas que ellos ya saben que navegas por sus aguas.

Esto produce bastante seguridad ya que sabes que desde que te contactan por primera vez hasta que ingresas en el país, si te pasa algo y desapareces sin duda te van a buscar.

CAIRNS es sorprendente y muy diferente a nuestras ciudades o concepto de ciudad.

Subiendo desde el puerto lo primero que encuentras frente al mar es una gran zona de jardines, una inmensa piscina infinity, una playa artificial y una increíble zona de barbacoas y mesas de picnic. Ni que decir que todo perfectamente cuidado.

Llama la atención que en la ciudad no fuma a penas nadie y en muchos espacios públicos tampoco se puede fumar. Hay cuatro calles repletas de comercios, muchos chinos, agencias de viajes, tiendas de souvenirs, supermercados, restaurantes, etc…

En esta zona de la ciudad, que sería el centro, no vive nadie.

Preguntando supimos que al final de estas calles hay un gran centro comercial y detrás de este ya empieza la zona residencial donde viven los habitantes de esta peculiar ciudad.

Cairns no tiene playa, el mar llega hasta ella pero en forma de barro. Tiene la subida y bajada de marea muy pronunciada por lo que el paseo marítimo de la ciudad es un mirador a este extraño mar.

Esta primera mañana la dedique a ir al dentista y a pasear. Más tarde me acerqué al centro comercial para comprar la tarjeta de móvil y allí conocí a Eduardo, un mallorquín que está haciendo nuestra misma ruta pero en avión. Un viajero solitario.

Una vez adquirida la tarjeta de móvil me fui a pasear por la ciudad y por ese maravilloso parque observando como transcurría la vida de esta ciudad.

Más tarde nos juntamos casi todos en la lavandería y tras poner las lavadoras en marcha nos fuimos a sentar al parque a tomarnos un vino, donde vimos la puesta de sol y como la ciudad pasaba a iluminarse con muchos colores. En ese momento el parque olía a barbacoa ya que en él se juntan los amigos y aprovechan estas magníficas instalaciones que les ofrece la ciudad.

De noche la ciudad se viste de luces y monumentos, parques, calles…son iluminadas o bien con luces fijas o con visuales reflejados en las aceras de sus calles. Muy chulo.

En el restaurante donde cenamos conocimos a una camarera argentina que nos explicó que en Cairns la comunidad argentina es muy grande ya que los salarios son elevados, vivir es relativamente barato y hay mucho trabajo.

Al terminar de cenar buscamos una discoteca que nos recomendó aunque a nosotros no nos pareció muy atractiva, así que paseando por sus calles descubrimos otro lugar que nos convenció más para tomar algo.

Al día siguiente aprovechamos para pasear, comimos e hicimos la compra del supermercado para la próxima navegación.

Ya en el puerto conocimos a Martin un murciano que vive aquí y trabajo en un barco de submarinistas, donde llevan a los turistas a la gran barrera de coral.

El viernes por la mañana me acerque al dentista a por mí placa de descarga, que afortunadamente he de dar gracias a la clínica por habérmela hecho tan rápido y pusimos rumbo a Port Douglas.

La meteo no era buena para subir hacia el estrecho de Torres.

De Cairns a Port Douglas tardamos unas 5 horas navegando, en coche es poco más de 1h.

Llegamos a PORT DOUGLAS con la marea muy baja así que nos costó un poco entrar al puerto ya que tocábamos con la quilla en el fondo.

Port Douglas es un puerto lleno de embarcaciones que ofrecen variadas excursiones. Desde visitar la gran barrera para hacer snorkel o submarinismo, hasta ir por los manglares a ver cocodrilos o simplemente salir al mar para ver el atardecer.

Es un puerto con mucho trasiego de turistas.

Está lleno de restaurantes y tiendas.

A 5 minutos andando esta la ciudad que guarda cierto parecido con Cairns, ya que son calles con muchos restaurantes y comercios pero sin viviendas.

Las dos ciudades tienen bastante parecido en sus construcciones con algunas ciudades de EE.UU.

Allí cenamos en un restaurante español donde nos encontramos con una camarera española, de Murcia muy simpática.

Casualidades de la vida llamó a una compañera que ese día libraba para decirle que había un grupo de españoles y se acercó.

El mundo es un pañuelo. Lola conocía a Sara, ya que ha trabajado en locales de Sitges que conocemos y frecuentábamos, entre ellos en alguno de un familiar mío.

Tras la cena fuimos a una cervecería que habíamos descubierto antes de cenar y Sara me mando un whatsaap para decirnos que estaba en un local junto al puerto donde había una fiesta muy chula.

Allí nos encontramos con ella y un amigo francés una parte de la tripulación y allí estuvimos hasta que cerraron, que fue a las 12h de la noche.

Nos quedamos un rato más charlando y luego nos acompañaron hasta el puerto donde ya nos despedimos.

El Sábado 3 de Agosto, o sea, a la mañana siguiente, Lola y yo fuimos a recoger un coche que habíamos reservado la noche anterior para un para conocer esta zona de Australia.

El primer lugar que visitamos fue el MOSSMAN GEORGE NATIONAL PARK.

En la entrada hay unos buses que cuestan unos 11 dólares australianos por persona que te acercan a la entrada del parque. Este recorrido también se puede hacer andando sin pagar nada.

A los pocos metros de la entrada del parque, el rio se abre y de él emergen unas increíbles y gigantescas piedras que crean un precioso paisaje.

Después hay varias rutas a seguir para andar por esta increíble selva. Impresionante el tamaño de los árboles en altura y en diámetro del tronco y raíces.

Tras pasar la mañana aquí nos dirigimos al mirador del MONTE ALEXANDRA.

Para ello hay que cruzar el rio Daintree en un ferry. Este está lleno de letreros avisando del peligro de los cocodrilos, al igual que en toda la zona de la costa y en las playas.

Desde el mirador de Alexandra se ve la desembocadura del rio Daintree. Queensland.

Posteriormente nos dirigimos hacia Cape Tribulation donde buscamos algún sitio donde comer ya que los restaurantes eran escasos en esta zona y además por el horario estaban cerrados. Se nos había hecho tarde y eran las 4.30h pasadas. Empezaba a anochecer, llovía y hacia fresquito.

Encontramos un lugar junto a un camping donde pudimos comer.

Ya de regreso al barco y muy cansados hicimos una última parada en una playa, aunque breve, ya que durante todo el día nos acompañó la lluvia y estábamos agotados.

El Domingo 4 nos dirigimos a KURANDA donde encontramos un mercadillo hippie muy bonito. Son unas callecitas con puestos de ropa, complementos, etc…y diferentes locales con comida de todo el mundo.

En él también se hacen danzas donde los indígenas de esta zona cuentan su historia a través de ellas.

A las 3.30h nos dirigimos al SKYRAIL RAINFOREST CABLEWAY un teleférico desde donde se observa la impresionante jungla tropical del PARQUE NACIONAL DE BARON y sus cataratas.

Este Skyrail tiene tres paradas. La primera te deja en un mirador altísimo con suelo acristalado desde donde se pueden ver las cataratas y la parte baja de la montaña, a muchísimos metros de altura.

La segunda parada te invita a ver un árbol con un diámetro impresionante, además de pasear un poco por la jungla.

Y la tercera te deja prácticamente en la playa.

Todo este trayecto tiene una duración de unas 2.30h y es impresionante. El precio es de 82 dólares australianos por persona, pero es una magnifica inversión.

No conozco otros lugares de Australia pero estas selvas tropicales de QUEENSLAND son una pasada.

De regreso al barco paramos en el supermercado de la ciudad de Port Douglas para terminar de comprar algunas cosas que nos faltaban.

En el super leemos en un periódico que han desaparecido 5 tripulantes de un pequeño velero que cruzaba el estrecho de Torres. El barco ha sido encontrado pero no hay rastro de la tripulación. Eran jóvenes de 20 pocos años y un niño de nueve.

Esta noticia a algunos de nosotros nos deja muy impactados.

A la mañana siguiente, cargamos gasolina y salimos.

Lunes 5

Salimos hacia el estrecho de torres. Hemos decidido ir por el exterior de la barrera de coral aunque hay un paso por el interior.

Tras 3 días de navegación llegamos a THURSDAY ISLAND.

Fondeamos y la policía al ver que algún tripulante se bañaba se acerca rápidamente para alertarnos de que hay cocodrilos. Bajamos a pasear por la ciudad aunque a las 5.30h de la tarde ya encontramos todo cerrado.

La ciudad solo tiene una calle principal donde están los comercios. Es extraña, no es bonita. Me recuerda a esos pueblos americanos perdidos en el desierto que salen en las películas.

Tras recorrer esta avenida donde están los comercios decidimos ir a tomar algo. Primero entramos en la terraza de un hotel muy sencillo que encontramos pero no nos gusta demasiado. Paseando habíamos visto un bar de locales que llama más nuestra atención así que decidimos cambiar e ir a cenar allí.

Los ciudadanos de esta isla son muy aficionados al juego. Hemos visto algunos establecimientos dedicado a ello y en el bar hay pantallas por todas partes y en las mesas cubos con papeles de apuestas y lápices.

El bar nos encanta y tras ver los abundantes platos de comida que preparan decidimos cenar allí.

No hay turistas así que ha estado genial convivir un poco con la gente de esta isla y ver sus costumbres.

Les encanta el rugby. Han seguido un partido por la tele con mucha pasión.

A la mañana siguiente nos acercamos a la oficina de las customs para tramitar nuestra salida del país y vamos al supermercado donde nos encontramos con muchos soldados. Son americanos o eso parece.

Comemos en el barco y zarpamos hacia un nuevo rumbo.

Esta parte de Australia que he podido conocer me ha encantado. Espectacular la vegetación, las ciudades, el funcionamiento del país…

Sin duda alguna hay que venir sin prisas y por tiempo indefinido para poder descubrirlo. Una buena opción para visitarlo es en auto caravana. Por sus carreteras circulan muchísimas.

Vamos camino de Indonesia.



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