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LOMBOK INDONESIA


-22 de Agosto de 2019

Tras 3 días de navegación desde West Island llegamos a Lombok, Indonesia, Asia.

Que distinto es esto a todo lo que había visto hasta ahora.

Al divisar la isla nos reciben montañas con una vegetación seca, marrón, con los colores de nuestro otoño.

Aquí ellos están en la estación seca que es su invierno, aunque las temperaturas son cálidas.

Nos dirigimos a la Marina del Ray en la isla de Pulau Gili Gede, una de las 5 islas que están a pocos metros de la isla principal, Lombok.

Esta es una marina de reciente construcción, tiene solo un pantalán y un yacht club muy chulo. El personal es muy simpático y servicial.

Amarramos el barco y nos dicen que podemos bajar ya que las custom no las pasaremos hasta el día siguiente y eso hacemos, amarrar e ir a cenar al restaurante del yacht club.

Hay pocos barcos y poca gente, es un lugar tranquilo, se cena muy bien y tienen música.

Así pasamos nuestra primera noche en Indonesia.

A la mañana siguiente vamos a la oficina del mismo puerto donde entregamos los pasaportes para hacer los trámites de entrada aunque a diferencia de otros países aquí no son inmediatos.

Como tardaran unos días en sellar nuestros pasaportes pregunto si puedo salir del puerto e ir a un hotel y me dicen que si, así que busco algo en esta isla para poder desconectar unos días del barco.

Me apetece un poco de absoluta soledad, descubrir esta isla y relacionarme con las gentes de aquí.

Encuentro un alojamiento indonesio.

Aquí os dejo el nombre por si venís algún día por aquí: Papaya Lodge. Lo encontrareis en booking.

Nada más hacer la reserva me contacta por whatsapp un chico. Es un taxi boat que manda mi casero para trasladarme hasta el alojamiento.

Aquí los barquitos taxi son muy curiosos. Son una especie de trimarán de madera que visto desde fuera tiene forma de araña. Me gusta verlos navegar y desplazarme en ellos.

Viene al puerto a recogerme en cuanto le aviso y una chica muy simpática, australiana, con su marido y un amigo, que tienen un pequeño velero fondeado junto a la marina me pide si pueden usar mi taxi para ir al hotel que ellos han reservado también para desconectar del barco y dormir en una cama.

Durante el trayecto vamos hablando. Me recomienda algunas excursiones que ella ya ha hecho. Me cuenta que han venido desde Australia para pasar una temporada por aquí y que después irán también a las islas que yo visitare cuando deje atrás indonesia. Muy simpática. Dentro de unos días volverán al barco y nos volveremos a ver.

Desembarco de este curioso barco en una playa y ahí encuentro mi alojamiento.

Una cabaña a pie de playa. Es muy bonita. La construcción es típica de aquí, hecha de madera y caña. Esta dentro de un pequeño jardín junto con otra cabaña.

Me recibe Alan, el propietario. Un indonesio pequeñito, como casi todos aquí. Es muy amable y me muestra mi casita para estos próximos días.

Tiene un porche con una bonita terraza, dos sillones y una mesa y en su interior la habitación y el baño. El colchón esta sobre el suelo de madera. Una mosquitera cuelga de su alto y bonito techo.

El cuarto de baño es espacioso con una gran ducha. No hay televisión y solo se escucha el sonido del mar que apenas hace ruido al llegar a la playa.

Le pido si puedo cenar algo y me pregunta si quiero comida típica de aquí a lo que contesto que por supuesto.

Al cabo de un rato viene a la cabaña con dos deliciosos platos. Uno son verduras con una salsa buenísima y el otro una especie de pescado con un rebozado diferente al nuestro y arroz.

Como necesita esto. Una cama para mi sola. Un cuarto de baño con ducha de agua dulce sin límite de agua….Silencio, soledad…

Llevo muchas semanas en el barco compartiendo camarote. Desembarcar y poder estar sola es un lujo.

-Sábado 24 de agosto:

Amanece un nuevo día y me despierto a las 6h de la mañana con el canto de los gallos.

Salgo a la terraza y ante mi observo paseando por la playa a los nativos con sus vacas. Algunos las llevan sueltas, otros pasean con ellas cogidas por un cordel al cuello como si de su mascota se tratara.

Alan me trae un delicioso desayuno, una enorme crepe de piña, plátanos, piña fresca y un café.

Hablamos sobre lugares que visitar y él se ofrece a llevarme de excursión para que pueda conocer su bonita isla.

Cómo a las 12h del mediodía para poder irnos pronto y a las 12.30h cogemos el barco en la playa para trasladarnos al otro lado de la bahía y visitar la ciudad.

Allí en el embarcadero nos espera Alan, un joven de 25 años que trabaja de chofer.

En Lombok casi todo el mundo se desplaza en moto. Hay miles. La conducción puede parecer caótica pero en seguida te das cuenta de que debido a tanta moto los coches pitan cada vez que las van a adelantar para avisarlas. Yo diría que es un caos ordenado.

La mayoría de sus carreteras están perfectamente asfaltadas.

Ves muchas motos cargadas con mercancías que a nosotros nos parecería imposible transportar.

Cientos de puestos callejeros situados en las calzadas adornan la carretera. Por sus calles circulan vehículos muy variopintos como furgonetas tienda con productos de casa, motos que arrastran pequeñas atracciones de feria. Carritos de puestos ambulantes de comida…

Las fachadas están llenas de banderas de colores y carteles publicitarios.

Lombok huele muy bien. Desprende olor a clavo, ya que el tabaco que ellos fuman mayoritariamente lleva esta especie, huele a las hierbas secas cuando se queman. Todas las noches en la oscuridad de ven pequeños fuegos en los campos cuando los queman para prepararlos para una nueva cosecha y también huele a hierba recién cortada.

En el borde de sus carreteras hay cientos de comercios donde además de vender cosas venden comida. Algunos tienen una o dos mesas para comer y todos tienen un surtidor de gasolina o botellas con esta. A lo largo de cualquier trayecto las motos encuentran donde repostar.

En los paseos por la isla los cantos de las mezquitas o de los templos budistas te acompañan. Hay ciento de ellos.

Es chulo pasear por sus calles escuchando los canticos.

Paisajes increíbles de campos de arroz con sus gentes trabajando. Aparcan sus motos junto a la carretera señoras, señores y niños de todas las edades y recogen las cosechas con esos sombreros típicos de esta zona redondos con forma de cono abierto.

Las mujeres andan con las cosechas sobre sus cabezas y los hombres las transportan en sus motos. Los bultos son tan grandes que superan la anchura de un coche.

También hay plantaciones de tomates, que durante meses en los países en los que he estado con anterioridad, en algunos no había. Campos de tabaco, trigo y verduras completan los paisajes de estos campos.

En Lombok cuando hablamos de dinero hablamos de millones de rupias.

Aquí todo es muy barato.

Tras recorrer poco menos de 30 kilómetros desde el embarcadero donde nos recogió Alan observo el paisaje y los pueblos por los que vamos pasando embrujada hasta llegar a PATUH. Este pueblo es muy popular por sus trabajos tradicionales de tejido. Se puede ver a las señoras sentadas en sus telares trabajando los hilos y confeccionando telas preciosas.

Allí pasan largas horas. Con cada una de las piezas que confeccionan pueden tardan entre 1 semana si es pequeña o un mes si es del tamaño de una mesa.

Recorremos poco menos de 30 kilómetros y llegamos a la capital, llamada MATARAM.

Primero vamos a un centro comercial para comprar una tarjeta de móvil y poder estar conectada.

Es un centro comercial como el de cualquier país del mundo. Tiene Mc Donals, Burger King y todas esas marcas de ropa, gafas, relojes, etc… que todos conocemos.

No hay demasiada gente como ocurriría en otros países. Aquí la vida y las compras de la mayoría de sus ciudadanos transcurren en la calle, en sus puestos callejeros y comercios de barrio.

La ciudad como cualquier capital tiene muchísimo tráfico. Montones de comercios a ambos lados de cualquier calle.

Muchísimos puestos ambulantes y vendedores de comida y fruta en los semáforos.

Taxis co pequeños caballos que tiran de los carros.

Una ciudad muy viva donde la gente hace su vida en las calles. Muchísimas familias paseando.

He visitado la mezquita de Masjid Hubbul Wathan, la más grande de la ciudad.

Lombok está llena de ellas. Algunas son muy bonitas, otras están derruidas y hay otras tantas en construcción.

Lamentablemente aún se ven muchos edificios y casas derruidas debido al terremoto ocurrido aquí el Agosto del año pasado. Se pueden observar cuando recorres la isla las zonas más afectadas y también la cantidad de construcciones nuevas que están haciendo.

Tras mi visita a esta mezquita me he ido a pasear por el templo budista de Taman Mayura, que como la mayoría de estos templos tiene un bonito y gran estanque donde sentarse a observar, descansar y pensar, acompañada de los cantos de los monjes y el olor a incienso.

También he visitado el templo Pura Meru y sus bonitas pagodas.

El atardecer aquí tiene colores espectaculares, entre ellos el lila.

En ese momento los campos y el mar se ven muy bonitos con esa luz, aumentando su belleza.

Ya en la oscuridad de la noche se pueden observar fuegos en algunos campos que queman para prepararlos.

Ya de regreso tras un día muy intenso hemos parado a cenar en uno de esos pequeños comercios que se ven en la carretera. Casi todos son iguales. En la casa las familias tienen una pequeña tienda con los productos básicos de limpieza e higiene, algo de fruta y verduras, chuches para los niños y alguna cosa más.

Junto a esta una vitrina con platos caseros preparados donde puedes comer. Suelen tener una o dos mesas y la comida es deliciosa.

En la puerta estas casas comercio tienen un surtidor de gasolina o dos pequeñas estanterías construida con forma de casita con tejado con botellas de gasolina y un embudo.

A lo largo de todas las carreteras hay cientos de estos tejaditos o surtidores de gasolina para las motos.

De noche las calles están animadas. Las familias, los amigos, los niños, los adultos…todos están en la calle, reunidos en los BERUGAK.

Los berugak son una especie de palapa elevada del suelo con el suelo de madera y el techo de palma. En ellos los sasak (nativos) se reúnen para comer, para charlar, meditar, tomar algo, pensar, tomar decisiones o simplemente ver transcurrir la vida.

Tras llegar de nuevo al embarcadero Andy aparca el coche en el parking público que tiene destinado a los habitantes que viven en Gili Gede ya que en la playa no hay coches y solo se llega con las barcas.

Tomamos la barca y al llegar a la playa me sigue sorprendiendo la vida aquí.

Paso a casa de Alan con su familia. Junto a ella están los niños sentados en la calle y un adulto a montado un cine al aire libre. Allí están todos callados mirando una película.

Junto a mi pasa una señora con una carretilla repleta de pescado.

Me voy a dormir feliz y embrujada por esta isla en la que me podría quedar a vivir el resto de mi vida.



-Domingo 25:

Por la mañana temprano y tras desayunar la deliciosa crepe de piña que me prepara la hermana de Alan, cogemos la barca que nos traslada al otro lado donde nos espera Alan. Allí en una tiendecita de la carretera donde paramos ayer y hoy volvemos a parar para comprar algún refresco y agua, me encuentro con dos catalanas a las que les quedan dos días de vacaciones y lamentan el fin de sus vacaciones. Como a mí, les ha sorprendido y fascinado esta isla.

Ponemos rumbo a la provincia de Nusa Tenggara Occidental. Por el camino paramos en Gerung a comprar tabaco. Aquí fuman tabaco con clavo, y eso hace que sea muy aromático y tenga un olor peculiar y bueno. Pasamos Mataram y seguimos el camino pasando por distintos pueblecitos. Uno me llama la atención porque hay mercado en la calle y se observa muchísima vida. Tiene una zona llena de comercios de cestas artesanales para trabajar en el campo, de jaulas de caña para transportar las gallinas y caña. Este pueblecito del que no recuerdo el nombre está junto a un rio.

A partir de aquí el paisaje cambia de repente y entramos en una selva tropical repleta de palmeras y árboles frondosos. El paisaje es de un verde esmeralda increíble.

La subida de la montaña está repleta de puestos de comida. Nos cruzamos con cientos de motos acompañadas por la policía y ambulancias que están haciendo un rally para promocionar una de las playas de Lombok.

En dirección hacia SENARU llegamos a PUSUK MONKEY FOREST, el bosque de los monos.

Un frondoso y verde parque protegido, que ofrece un impresionante paisaje hasta llegar a sus picos donde viven unos monos muy graciosos.

Son muy sociables y simpáticos. Te piden cacahuetes apoyándose en tus piernas con delicadeza y de la misma manera te los cogen de las manos.

He podido estar con un montón de ellos y dos mamas que llevaban a su bebe en brazos protegiéndolos de los demás monos. Escenas muy bonitas y graciosas me han regalado estos simpáticos y cariñosos monos.

Hemos parado a comer en una casa de comidas muy chula. Tenía un gran jardín con muchas berugak y me han preparado un pescado a la brasa delicioso.

Tras coger fuerzas seguimos nuestro camino esta vez en dirección a la CASCADA SENDANG GILE en SENARU.

Para llegar al pueblo de Senaru cambia de nuevo el paisaje. Bajamos la montaña y vamos junto al mar para luego continuar por el interior y de nuevo subir montañas. Hemos pasado varios ríos sin agua ya que ahora estamos en invierno y época seca. No llueve.

El paisaje cambia mucho cuando llega el verano y las lluvias.

El pueblo de Senaru, en la parte norte de Lombok, tiene los típicos paisajes de película, bosques selváticos, terrazas de arrozales y campos con los verdes más bonitos que he visto nunca.

La excursión comienza desde el pueblo de SENARU. No se tarda mucho en llegar a la cascada, unos 20 minutos andando. El camino está compuesto por muchísimas escaleras que bajan hasta la caída de agua de esta impresionante y bella cascada.

El lugar en si es mágico. No hay apenas turistas, ya que afortunadamente Lombok aún está poco explotada. A los pies de la cascada encontramos los berugak donde están reunidas las familias que han ido allí a pasar el día y a bañarse.

Durante el día de hoy he visto muchos pueblos chulos pero me ha gustado especialmente uno en el que las casitas estaban construidas junto a canales de agua que bajaba de la montaña.

Paseando, desde lo alto de un puente he visto un rio en el que dos vacas bebían y una señora lavaba la ropa. Que escena tan bonita.

Ver estos paisajes es increíble. Tengo la sensación de estar dentro de una de esas películas que ruedan por estas tierras.

Que sencilla y fácil es la vida aquí.

Poco antes del atardecer he estado en la playa de arena negra de Nusa Teggara.

Los cantos de las mezquitas suenan por todos los rincones de la isla…Me han ido acompañando durante todo el día en mi camino, pero al atardecer embruja escucharlos observando los colores tan intensos del cielo al caer el sol.

El mágico atardecer de hoy lo veo en Sekotong Beach frente a la montaña de AGUNG, Bali.

Cada día guardo en mi memoria nuevas imágenes de este país.

Hoy hemos parado a echar gasolina en una gasolinera de la ciudad, Mataram. Allí hay áreas de servicio como las nuestras.

En ellas encuentras diferentes carburantes pero a diferencia de las nuestras hay dos filas en el mismo carril. Pegado a los surtidores la de las motos, donde hay unas colas exageradas. Cientos de motos aguardan para echar gasolina. Coches hay muchísimos menos por lo que en fila de coches nunca hay que esperar. Curiosamente casi todo el personal que trabaja en ella son mujeres.

En las motos se desplazan todo tipo de personas. Los chavales que van al cole, los trabajadores de los campos y en ellas transportan fardos de cosechas, vendedores ambulantes que en la moto llevan enganchado su puesto, feriantes, familias…Ver a la mama el padre y dos niños pequeños en una misma moto es algo normal.

Los más jóvenes en su mayoría ya utilizan casco pero un alto porcentaje de motoristas no lo lleva. Yo no he visto ningún accidente en estos días, ni de coche ni de moto. Andy, el chico con el que yo me desplazo cada día conduce maravillosamente bien.

Hoy llego al hotel agotada. Estos dos últimos días han sido muy intensos y hemos hecho muchos kilómetros con el coche. Alan en el viaje de regreso iba dormido y agotado.

-Lunes 26:

Esta mañana me he levantado temprano, como siempre me despiertan los gallos con sus cantos.

Hoy en vez de irme a Lombok he decidido explorar un poco la playa en la que estoy así que con un amigo de Alan nos hemos ido en moto a recorrer esta zona.

Hemos paseado por el borde del mar descubriendo una zona llena de manglares. Las vacas, como nosotros, también paseaban por la playa.

Casitas en las que las cabras, gallos, gallinas, vacas, etc…conviven con sus propietarios.

Barcos de pescadores que salen y barcos que van a revisar las boyas donde se cultivan las perlas.

Hoy he dedicado mi día a la contemplación.

He comido con Alan en casa de su hermana y por la tarde he estado sentada en el berugak a ver transcurrir el día.

Por la noche he cenado de nuevo en casa de Alan y he vuelto a sentarme en el berugak a escribir, a pensar, a observar…

-Martes 27:

Hoy he pedido a Alan y Andy que me llevaran a ver el pueblo de SADE.

La cultura Sasak es la que vive mayoritariamente en Lombok y Sade es un pueblo en el que aún viven siguiendo el antiguo estilo tradicional.

. Llego al pueblo en el momento en que los hombres están reunidos con un gran tambor y diferentes instrumentos como los gongs que dan melodía a la música. Esta música era utilizada en las guerras. También bailan.

El pueblo tiene 150 casas construidas al estilo tradicional.

Las casas se distribuyen en dos plantas y de una planta a otra se accede por una peculiar puerta ovalada.

En la parte de arriba está situada la cocina, aunque no es una cocina como nosotros imaginamos. A penas una estantería para algunos condimentos y en el suelo enormes cacerolas con formas que nosotros desconocemos. En la parte de abajo el espacio hace de salón y habitación. Duermen en el suelo y en esta estancia solo tienen un pequeño mueble.

Las casas son de bambú y los tejados de hierba seca.

El suelo es de arcilla y estiércol de vaca. Ellos creen que así están aislados de los mosquitos y de los malos espíritus.

Usan lámparas de aceite de coco y las mujeres realizan los trabajos de artesanía y textiles con herramientas antiguas.

He tenido la suerte de probar como hacen esas maravillosas en uno de sus telares ayudada por una de las mujeres que en ellos trabajan.

Sus tejidos requieren de mucho tiempo ya que tiñen el algodón con colores naturales, por ejemplo el color azul lo obtienen del índigo o el naranja lo obtienen de la nuez de betel y el jengibre.

En Sade se encuentra una de las primeras mezquitas de Lombok con el mismo estilo de edificación que sus casas, muy bonita.

Tras visitar este bonito y peculiar pueblo paramos a comer en una casa de comidas, donde como siempre nos sirven una deliciosa comida casera.

Seguimos nuestro paseo por la isla.

En los campos están recogiendo las cosechas con esos sombreros típicos cilíndricos que tanto me gustan y sobre ellos vuelan pequeños pajaritos.

Pasamos de nuevo por la ciudad, Mataram, en un intento fallido de encontrar una bolsa grande con ruedas.

Hoy he visto por primera vez campos de cultivo de flores, precioso, muy colorido.

En un campo vacío jugaban los niños haciendo volar sus cometas.

Lombok está lleno de colegios. Los niños, además de indonesio estudian inglés.

Aquí las familias tienen una media de tres hijos.

En mi último día con Alan y Andy hemos parado al atardecer como hacíamos durante estas noches, en la tienda, casa de comidas donde cenábamos de vuelta al hotel y donde vive la chica que le gusta a Andy.

Allí ya me conocen y hoy allí sentados merendando pasaban los vecinos y me decían: EY española…

También, como cada día hemos parado en la gasolinera de las afueras de Mataram, donde trabajan en su mayoría mujeres que también se han despedido de mí.

He visto por última vez a los graciosos monos que están en la carretera encima de los quitamiedos.

Integrarse en esta sociedad es muy fácil. Son muy amables y cariñosos.

Los niños de los pueblos me miran con curiosidad y también algunas jóvenes musulmanas, por mi manera de vestir, el color de piel y mi pelo rubio.

Cuando ha caído el sol y el cielo estaba rojo nos paramos de nuevo frente a la montaña de Agung, Bali, para ver terminar el día. Un momento lleno de magia los tres en silencio observando el espectacular paisaje. Tan bonito que hasta Alan sacaba fotos del momento a pesar de poder observarlo todos los días de su vida.

De nuevo termina nuestro día en el embarcadero donde tenemos que esperar a que vacíen la barca de los cestos de pescado que han traído desde la playa.

Los que viven en Gili Gede transportan todo en las barcas. Sus motos, agua, comida, pescado…

De regreso a la playa Alan me dice que cene en su casa antes de irme a mi cabaña.

Su hermana me prepara esa rica comida que me gusta tanto. La temperatura por las noches aquí es excelente. De esa que no necesitas aire acondicionado y no pasas ni frio ni calor en manga corta.

Tras cenar me voy a mi cabaña, me siento en el berugak a pensar mientras en el cielo brillan millones de estrechas y escucho el leve sonido del mar en la playa.

-Miércoles 28 de Agosto: Vuelta a la realidad.

Me despido con gran pena de los que han sido mi familia aquí tras estos días tan intensos e increíbles que he vivido en la playa.

Me han cuidado como si fuera una más de los suyos.

Ellos y ellas me cogían de la mano para acompañarme a cualquier sitio o para cruzar una gran calle de la ciudad…

Se han preocupado de que comiera bien y que descubriera su gastronomía…

Me han metido en sus familias y en sus casas… Han sido muy cariñosos conmigo…

Me han enseñado ese Lombok mágico y cautivador que no podía haber conocido sin ellos.

Me siento una privilegiada y estoy muy agradecida de que se hayan cruzado en mi camino personas tan maravillosas.

See you…volveremos a vernos.

Tras coger la barca esta vez mi destino es la Marina del Ray, donde está el barco y ya se han marchado una parte de la tripulación y ha llegado la nueva, con la que recorreré todo el Indico.

Hay cambio de capitán y llega Fernando acompañado de otro Fernando.

Cuando llego al puerto ellos están de excursión así que paso el día organizando mi camarote y en la piscina de la marina. Cuando llegan por la noche nos vamos todos juntos a cenar a un restaurante de un señor francés al que ellos han estado yendo las noches anteriores.

-Jueves 29: A la mañana siguiente nos despedimos de Sergio y Lola, con los que he compartido los tres últimos meses y nos vamos a hacer las compras los cuatro que cruzaremos juntos el Indico.

Un taxi nos acompaña primero al lado de la playa de Sengigi. Allí los chicos compran vino.

De camino un señor mayor en una moto vende tabaco de liar. Lleva dos sacos con tres clases de tabaco diferentes. Nunca había visto el tabaco así ni en esas cantidades tan grandes.

La zona de Sengigi es muy turística. A mi particularmente no me gusta porque como todo lo que está preparado para el turismo, no es auténtico, aunque la playa es bonita, tiene un arrecife de coral redondo que se ve desde la parte alta de la montaña y un faro en medio de la cala.

Luego hemos pasado por el centro comercial de Mataram donde fui con Alan cuando llegue a comprar la tarjeta de móvil. Allí hemos hecho la compra de supermercado, la más distinta a nuestros productos que hemos hecho hasta ahora.

De vuelta al puerto, hemos cargado la compra en una barca hasta el pantalán y allí hemos descargado y estibado.

-Viernes 30: Pasamos por la mañana por las oficinas del puerto a liquidar para irnos pero hoy no podemos ya que hay que hacer papeles con inmigración para avisar que nos movemos y no pasaran hasta la tarde.

Como esta marina tiene piscina, allí paso la mayoría del día.

Comemos en un restaurante que hay en el pueblo que está en las casa de la playa. Es de comida local así que está muy buena la comida. Preparan un tofu rebozado muy bueno.

El atardecer lo veo desde el bar de la marina. Hoy ha sido espectacular, con colores rojos y lilas. Allí he estado hablando con el dueño de la marina y algunos tripulantes de otros barcos hasta la hora de cenar.

-Sabado 31: Dejamos la marina del Ray y nos vamos a Medana Bay, en la parte norte. Allí pasamos toda la tarde fondeados y al atardecer bajamos a tierra. En el yacht club nos encontramos con la tripulación de franceses que teníamos de vecinos en la Marina del Ray. Ellos ahora también hacen nuestra ruta.

Conocemos a otro chico francés muy majo que va con su barco y está dando la vuelta al mundo desde hace dos años, aunque él va parando para regresar a Francia y al cabo de unos meses retoma el viaje.

Damos un paseo pero ya es de noche y a penas se ve. Descubrimos unas cuantas casas y una mezquita.

Aquí haremos los papeles de salida del país. No sabemos cuántos días tardaremos.

A las 5h de la mañana me despiertan los canticos de las mezquitas. Aún no ha amanecido.

-Domingo 1 de Septiembre: Por la mañana hemos ido a la playa a hacer ejercicios.

Hoy ha llegado un barco de la ARC. Me ha recordado a no hace tanto tiempo a cuando llegábamos a los fondeos y encontrábamos el Peikea y los demás barcos. De ellos ya me despedí en Fiji.

Los franceses han venido al barco a tomar una cerveza y los vamos viendo en el yacht club o cuando bajamos a tierra. Esta zona no es muy grande y nos encontramos siempre los mismos.

Por la tarde me siento en el berugak del puerto a contemplar el transcurrir de mí alrededor y veo el atardecer.

-Lunes 2: Hemos ido al mercado de PASAR TANJUNG y me ha encantado.

Me encantan estos mercados llenos de color, su bullicio, desorden, sus olores…. Son lugares en los que perderse durante horas y vivirlos.

Nosotros lamentablemente al terminar las compras nos hemos ido.

Yo me he vuelto a la marina con un taxi moto que es la mejor manera de observar como ellos observan.

Por la tarde han venido a la marina los de inmigración para hacerla salida del país. Ya tenemos el sello en nuestros pasaportes para abandonar mañana, 3 de Septiembre, Indonesia.

Sin duda alguna, este es el país de todos los que he recorrido hasta ahora en el que me perdería una larga temporada. Tienen magia sus tierras y sus gentes.



Ponemos rumbo a las Cocos Islands.



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